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En la actualidad, la economía circular se ha consolidado como un modelo integral que ha cobrado fuerza y relevancia por sus contribuciones a la sustentabilidad y la equidad social. La participación de las mujeres en este modelo se ha incrementado y hoy se plantea como un espacio de oportunidad para fomentar el liderazgo de las mujeres.
Las mujeres son mayormente susceptibles a la pobreza. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se estima que por cada 100 hombres que enfrentan pobreza extrema, existen 118 mujeres en esta condición. Esta brecha se verá ampliada como resultado de la pandemia de COVID-19. La ONU promueve acciones para reducir esta brecha mediante un desarrollo industrial sostenible (ODS 9), el impulso a la economía circular (ODS 12) y la equidad de género (ODS 5) para la erradicar la pobreza (ODS 1).
Además de promover un cambio a modelos de producción y de consumo más sustentables, la economía circular también fomenta la transición hacia esquemas que promuevan una mayor representatividad en el ciclo económico y dinámicas más equitativas. Para algunos académicos, el modelo de economía circular como un modelo “feminizado”, que permite la conciliación entre distintas partes involucradas (gobierno, empresarios), entiende mejor las consecuencias sociales de nuestras acciones y cómo se construye una comunidad. La implementación de modelos de economía circular podría contribuir a reducir entre 80% y hasta 99% de desechos industriales en algunos sectores, así como las emisiones asociadas a la producción.
La economía circular representa una oportunidad para la participación y el liderazgo de las mujeres. En este sentido, la Red de Ciudades Resilientes, Fundación Avina y BID-Lab, con la colaboración de Citi Group, a través de los Desafíos de Impacto de la Iniciativa Regional de Ciudades Resilientes, impulsa el desarrollo de iniciativas de economía circular de triple impacto (sociales, ambientales y financieros).
El Desafío “Salvador Resiliente”, llevado a cabo en 2020 en la ciudad de Salvador, Brasil, estuvo orientado particularmente a identificar emprendimientos que contribuyeran a mejorar la calidad de vida de las mujeres y se seleccionaron 4 iniciativas:
EcoCiclo es una plataforma de comercio electrónico de productos sostenibles creados y vendidos por mujeres en situación de vulnerabilidad social, entre los que se encuentran cosméticos, accesorios y productos de higiene personal. A su vez, cuentan con una plataforma que conecta a otras emprendedoras con consumidores, y les permite mejorar sus ingresos. En esta misma línea, Business Round es una plataforma para financiar y empoderar a mujeres emprendedoras desfavorecidas que crean emprendimientos con impacto social y ambiental. Por su parte, Wakanda contribuye a facilitar el acceso de las mujeres al mercado comercial mediante capacitaciones, acompañamientos y la “traducción” de los contenidos técnicos de la gestión empresarial a un lenguaje más familiar. Finalmente, Chama para dançar promueve un cambio cultural al sensibilizar al sector privado, escuelas y sociedad en general para generar espacios inclusivos para las personas trans y con ello fomentar su empleabilidad y reducir la discriminación.
Hilanda, iniciativa seleccionada en el Desafío “Córdoba Resiliente” promueve la participación de las mujeres en el mercado laboral, a través de un sistema innovador de comercialización y fabricación de productos textiles elaborados a partir de descartes textiles recuperados de la industria productiva para su transformación en telas de primera calidad.
En 2020, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), realizó un análisis sobre el modelo de economía circular en la región, con el objetivo de fortalecer su adopción. Como resultado, se identificó el uso de las tecnologías como un elemento para impulsar la transición hacia este esquema. Por ello, la inclusión digital de las mujeres y la adquisición de habilidades para su uso es fundamental.
Iniciativas como Mindhub e Inmigrantes Digitales, emprendimientos ganadores del Desafío “Buenos Aires Resiliente”, promueven el acceso de las mujeres al mundo digital a través de capacitaciones en las que brindan herramientas que permiten a las mujeres su adaptación a los cambios en el mercado laboral y, con ello, fomentar su empoderamiento económico y reducir la brecha digital y salarial.
La economía circular contribuye a construir ciudades resilientes, ya que reduce los impactos ambientales asociados a los modelos de producción y consumo tradicionales. Por ello, la participación de las mujeres en estos esquemas productivos contribuye a potenciarlos y acelerar la transición hacia modelos más responsables y respetuosos con el medio ambiente.