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Las playas de Salvador, al norte de Brasil son uno de sus activos turísticos y también uno de los espacios públicos más democráticos para el esparcimiento, entretenimiento y socialización de la población. El desordenado crecimiento urbano de Salvador a lo largo de las décadas ha contribuido a la liberación de aguas residuales domésticas y comerciales clandestinas al mar y a los ríos, lo que, en consecuencia, también ha afectado la calidad del agua en las playas.
De acuerdo con la Encuesta del Instituto de Medio Ambiente y Recursos Hídricos (INEMA) en 2014 señaló que el 81% de los ríos que se encuentran exclusivamente en el territorio del municipio de Salvador tienen un alto grado de contaminación.
Las acciones del sector privado en la ciudad aún no están enfocadas como deberían hacia la reutilización de residuos en la búsqueda de mejores resultados económicos, sociales o ambientales expresivos. En Salvador, la mayoría de las organizaciones tienen poca conexión con los problemas ambientales dentro de sus organizaciones, como la producción desordenada de residuos, que está provocando el agotamiento temprano del Relleno Sanitario de Salvador.
Otro potencial que necesita ser mejor explorado y trabajado en la ciudad son los Puntos Voluntarios de Entrega (ENP) de residuos esparcidos por la ciudad, que hoy en día no son aptos para recibir grandes volúmenes de materiales, además de carecer del compromiso de la población, que a menudo realiza una eliminación ilegal o no separa correctamente los desechos para ser eliminados en la ENP.
Además, no existe una política consolidada de apoyo o retribución a las cooperativas de reciclaje para que sean capaces de atender la demanda reprimida de reciclaje por parte de las grandes empresas generadoras de residuos.
Para atender esta situación, la iniciativa de Green Blue Cycle (GBcycle) es la solución ganadora del Desafío Salvador Resiliente por su aporte al tratamiento de agua y alcantarillado.
Esta empresa se dedica al desarrollo y aplicación de biotecnologías para el tratamiento de aguas superficiales de ríos urbanos y efluentes. Esto lo logran utilizando una biorrefinería con microalgas preseleccionadas para eliminar contaminantes y biotransformación en biomasa de alto valor añadido, para la obtención de bioproductos. El público objetivo de sus soluciones son industrias, agroindustrias y municipios que necesitan tratamiento y destino final adecuado de sus efluentes.
El proceso de tratamiento de GBcycle se realiza por etapas. La primera de ellas es un pretratamiento a través de una barrera de clasificación de residuos sólidos grandes como botellas, llantas y plásticos entre otros. Posteriormente, se filtran elementos más pequeños como arena. Posteriormente, el agua pasa a un sistema fotobiorreactor, donde se colocan las microalgas que consumen toda la materia orgánica presente. Finalmente, los residuos orgánicos resultantes pasan por un proceso de secado para ser convertidos en polvo, el cual puede ser usado como fertilizante.
Los componentes esenciales de la solución de GBCYCLE para este Desafío de Impacto son:
- Cierre del ciclo: Reutilización de la biomasa resultante del proceso de limpieza para obtención de bioproductos que van al sector de la agricultura
- Reducción de la contaminación del agua superficial de Salvador y aumento del atractivo de las playas
- Mejorar la calidad vida y salud de la población de Salvador a través de la calidad del agua
- Concientización de la población de Salvador por medio de capacitaciones en escuelas
De esta forma, el modelo de GBcycle es una contribución directa a la Estrategia de Resiliencia de Salvador en su Eje 5 “Transformación urbana sustentable” por su impulso a la resiliencia hídrica, la innovación para preservar los activos ambientales de la ciudad y el favorecer la transformación hacia una ciudad sustentable. Asimismo, contribuye al Eje 3 “Economía diversificada e inclusiva” al impulsar modelos de emprendimientos que ambientalmente responsables.
El impacto de la experiencia de GBcycle para Salvador puede ser muy amplio mediante la construcción de colaboraciones con el sector privado (empresas medianas y grandes) y el sector público. Actualmente, GBCycle cuenta con una planta de tratamiento, sin embargo, proyectan contar con 12 plantas para el 2025, con lo cual sus impactos se verán fuertemente potenciados.
La gestión de aguas residuales y la contaminación hídrica son problemas comunes a todas las ciudades a nivel internacional. Por ello, este modelo de negocio puede ser replicado por otras ciudades, generando impactos ambientales y beneficios económicos para los emprendimientos.